Frappato: la fragante elegancia de Sicilia

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Cuando se habla de vinos sicilianos, el Nero d’Avola es el primer nombre que viene a la mente. Rey indiscutible de la enología de la isla, esta variedad tinta ha conquistado paladares de todo el mundo por su potencia, estructura y longevidad. Sin embargo, la viticultura siciliana es un mosaico mucho más complejo y variado, un tesoro de biodiversidad que ofrece alternativas igualmente fascinantes y dignas de mención. Entre ellas, ocupa un lugar de honor la Frappato, una variedad de uva autóctona del sureste de Sicilia que produce vinos elegantes, frescos y fragantes, expresión única e inconfundible de su terruño de origen.

Orígenes e historia: una antigua tradición victoriana

Los orígenes del Frappato se pierden en la noche de los tiempos. No existen documentos seguros que atestigüen su origen, pero se cree que es una variedad de uva autóctona de Sicilia, cultivada durante siglos en la zona de Vittoria, en la provincia de Ragusa. Su nombre podría derivar del término dialectal «frappatu», que significa «afrutado», en clara referencia a sus intensas notas aromáticas.

Según otra hipótesis, el nombre podría referirse a la forma del racimo, especialmente dentada, de ahí «friccicarieddu» o «friccicari», que significa «chispeante». Otras fuentes, en cambio, lo relacionan con el término «irruppatu», que describe la llegada repentina e inesperada, como la rápida maduración de las uvas.

La historia del Frappato está indisolublemente ligada a la de la ciudad de Vittoria, fundada en 1607 por la condesa Vittoria Colonna Henriquez-Cabrera. La noble, para fomentar la colonización del territorio, ofreció parcelas de tierra a los nuevos habitantes, con la condición de que al menos la mitad de ellas se cultivaran como viñedos. Esto favoreció la difusión de la viticultura y, en particular, del Frappato, que encontró en esta zona su hábitat ideal.

Características de la vid y zona de cultivo: un alma delicada

La Frappato es una variedad de uva tinta caracterizada por una piel fina, pruinosa y de color azul púrpura. Los racimos son medianos, cilíndricos o cónicos, alados y bastante compactos. Las hojas son medianas, pentagonales y trilobuladas.

Es una vid vigorosa, pero con un rendimiento no muy elevado. Prefiere suelos calcáreos, arcillosos y arenosos, bien drenados y con buena exposición al sol. El clima cálido y seco del sureste de Sicilia, mitigado por las brisas marinas, es ideal para su maduración.

La zona de cultivo por excelencia del Frappato es Vittoria, que comprende los municipios de Vittoria, Comiso, Acate, Chiaramonte Gulfi, Santa Croce Camerina y parte de los territorios de Ragusa, Niscemi, Gela, Caltagirone y Licata, entre las provincias de Ragusa, Caltanissetta y Catania. Aquí nació, en 1973, la DOC Vittoria, y en 2005, la DOCG Cerasuolo di Vittoria, la única DOCG de Sicilia que contempla el uso de Frappato mezclado con Nero d’Avola.

Cerasuolo di Vittoria DOCG: un matrimonio perfecto

Cerasuolo di Vittoria es un vino tinto de gran elegancia y complejidad, elaborado a partir de una mezcla de Nero d’Avola (50% a 70%) y Frappato (30% a 50%). Esta combinación realza las características de las dos variedades de uva: el Nero d’Avola aporta estructura, cuerpo y taninos, mientras que el Frappato aporta frescura, finura y un bouquet aromático único.

El nombre «Cerasuolo» procede del dialecto siciliano «cerasa», que significa cereza, en referencia al color rojo cereza brillante del vino. A la vista, presenta un color rojo rubí que tiende al granate con la edad. En nariz, se abre con una explosión de aromas de frutos rojos frescos, como cereza, fresa, frambuesa y granada, acompañados de delicadas notas florales de violeta y rosa y matices especiados. En boca es fresco y armonioso, con buena acidez, taninos suaves y un final agradablemente persistente.

Frappato en pureza: un descubrimiento sorprendente

Aunque el Frappato se utiliza tradicionalmente en la mezcla del Cerasuolo di Vittoria, en los últimos años un número creciente de productores ha comenzado a vinificarlo en pureza, logrando resultados sorprendentes. El Frappato puro es un vino de gran personalidad, capaz de expresar plenamente su carácter varietal y las peculiaridades del terruño.

Presenta un color rojo rubí transparente con reflejos violáceos. En nariz, es una explosión de aromas fragantes: frutas rojas frescas como cereza, fresa silvestre y frambuesa, notas florales de rosa canina y violeta, y una característica nota especiada de pimienta negra. En boca, es un vino fresco, ágil y bebible, con una acidez vibrante, taninos delicados y un final sabroso y persistente.

Maridaje: versatilidad en la mesa

La frescura y versatilidad del Frappato, tanto en pureza como en Cerasuolo di Vittoria, lo convierten en un vino extremadamente dúctil en maridajes gastronómicos. Es perfecto con aperitivos, entremeses con embutidos y quesos frescos, primeros platos con salsas ligeras, pizzas, carnes blancas, pescados azules, atún y pez espada.

El Cerasuolo di Vittoria, gracias a su mayor estructura, también combina bien con platos más elaborados como asados, carnes estofadas y quesos de media curación.

El Frappato Puro, gracias a su frescura y ligereza, también es ideal para degustarlo ligeramente frío (14-16°C), especialmente durante los meses de verano.

Una cepa para redescubrir y valorizar

El Frappato representa un patrimonio enológico de gran valor, una expresión auténtica del terruño siciliano y una alternativa válida a los vinos más nobles. Su creciente popularidad entre aficionados y entendidos da fe de su calidad y potencial.

Redescubrir y valorizar variedades de uva autóctonas como el Frappato significa no sólo preservar la biodiversidad y las tradiciones vitícolas, sino también ofrecer a los consumidores la posibilidad de explorar nuevos sabores y descubrir la increíble riqueza del panorama vinícola italiano. El Frappato, con su fragante elegancia y versatilidad, está llamado a ocupar un lugar entre los grandes tintos italianos. Una copa de Frappato es un viaje sensorial a la Sicilia más auténtica, una invitación a descubrir la belleza y la complejidad de una isla que nunca deja de sorprender.

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