En el corazón secreto de Sicilia oriental, recostado sobre una tierra surcada por mitos y lava, Militello, en Val di Catania, se revela como un auténtico cofre de historia y belleza. En 2025, Italia lo coronó Borgo dei Borghi, sellando una identidad que escapa a las modas y se nutre de raíces, memoria y luz. Nada, en este lugar, es decorativo: todo es estratificación, resistencia y encanto.
Es difícil permanecer impasible ante la majestuosa armonía del centro histórico de Militello, en Val di Catania, modelado como una obra de arte tras el devastador terremoto de 1693. Aquí, el Barroco no es un estilo, sino una narración en piedra: las iglesias, palacios y fuentes cuentan la historia del renacimiento de toda una comunidad, que supo refundarse en el signo de la belleza.
La Iglesia Matriz de San Nicolò y el Santissimo Salvatore domina con su suntuosa fachada y el campanario que vigila las casas. En el interior, el tiempo se curva entre estucos, dorados y frescos, en un éxtasis arquitectónico que refleja el alma devota de Militello in Val di Catania. No muy lejos, el Santuario de Santa Maria della Stella consagra la invencible elegancia de la Natividad de María de Andrea della Robbia, entre los más altos testimonios renacentistas de Sicilia.
Paseando por las calles empedradas de Militello in Val di Catania, el visitante se topa con el Castillo Barresi-Branciforte, del que irradia la noble memoria del pueblo. En su patio, la Fuente de la Ninfa Zizza -fechada en 1607- chorrea agua y símbolos: un bajorrelieve de la ninfa vigila las pilas de piedra, evocando el vínculo ancestral entre el hombre y la naturaleza, entre el mito y la realidad.
El tiempo de las tradiciones, el eco de las generaciones
Pero Militello, en Val di Catania, no es sólo piedra tallada. También es voz, ritual, sabor. Es fiesta y silencio, es sonido de campanas y olor a mostaza. Septiembre se ilumina en devoción a la Madonna della Stella, cuya imagen sale en procesión entre cantos y antorchas. Cada rincón del pueblo vibra con la antigua fe, no como ostentación, sino como testimonio arraigado en la vida cotidiana.
En otoño, la Sagra della Mostarda e del Ficodindia revive la plaza con los colores de la infancia campesina: el morado intenso de la fruta madura, la densa transparencia de la mostaza, las historias de las abuelas amasando memoria y azúcar. Ninguna receta es sencilla: cada plato tradicional es un código familiar, un gesto transmitido con respeto. Las Cassatelle di Militello, bordadas con glaseado y perfumadas con anís, son un breve poema en forma de pastel.
Más allá de las murallas del pueblo, la naturaleza de Militello, en Val di Catania, se despliega con gracia y majestuosidad. Los montes Iblei, con su entramado calcáreo, acompañan el paisaje en una secuencia de valles, olivares y antiguos bancales. Al sur, las cascadas de Oxena sorprenden como una cascada encajada entre las rocas: un lugar de frescor y recogimiento, donde la voz del torrente cuenta historias primitivas.
Más allá, la Cava del Carcarone revela las entrañas de la tierra: un cañón pedregoso donde emergen fósiles marinos y cuevas habitadas desde la prehistoria. Esta es la cara arcaica de Militello en Val di Catania, la que resiste el desgaste y conserva la sabiduría geológica de millones de años. Aquí, cada paso es una lección de humildad: el paisaje no se muestra, se revela.
Un itinerario cultural para vivir intensamente
Visitar Militello, en Val di Catania, significa sumergirse en una arquitectura habitada, no en un museo. La Iglesia Matriz, el Santuario della Stella y el Museo Cívico Sebastiano Guzzone, alojado en el antiguo convento dominico, dibujan un itinerario cultural que también es humano. No hay monumento que no cuente una historia; no hay piedra que no haya sido acariciada por una generación.
Entre los palacios históricos destacan el Palazzo Baldanza, majestuoso y severo, y el Palazzo dei Leoni, llamado así por las esculturas que adornan su fachada, como para preservar su memoria. Y alrededor, callejuelas, patios, arcos bajos donde el tiempo no ha pasado, sino que se ha asentado.
A Militello in Val di Catania se llega fácilmente desde Catania (unos 45 km) por la SS 417 con desvío a la SS 385. También está comunicada por la línea de ferrocarril Catania-Gela y autobuses regionales. La estación se encuentra a las afueras del centro, pero el pueblo se recorre mejor a pie, despacio.
Para quienes deseen alojarse, Militello in Val di Catania ofrece acogedores B&B, casas de vacaciones en viviendas de época y agroturismos rodeados de vegetación. La dimensión es íntima, familiar, nunca estandarizada. En la mesa, los sabores del territorio se expresan en platos sinceros: pasta alla Norma, carne Hyblean, postres tradicionales, granizado de almendras.
En el tiempo rápido en el que vivimos, Militello in Val di Catania representa un umbral. Un lugar para detenerse, escuchar y comprender. Ser nombrado Borgo dei Borghi 2025 no es una etiqueta, sino el reconocimiento de una profundidad. No ha ganado la belleza, sino la coherencia con uno mismo, la elegancia de quien sabe mantenerse fiel.
En una isla donde todo tiende a lo efímero, Militello, en Val di Catania, es la prueba de que aún se puede construir un futuro partiendo de la piedra, de la oración, de un dulce transmitido. Es la Sicilia que no grita, sino que persuade. Que no seduce, sino que encanta. Que no consume, sino que se ofrece.
Y es, hoy más que nunca, Sicilia la que cuenta.