El arte de los cantastorie (cuentacuentos) en Sicilia es una tradición fascinante y única que narra la historia y el alma de la isla a través de relatos épicos y carteles pintados. Este patrimonio oral y visual ha resistido el paso del tiempo gracias a la pasión de sus intérpretes, los cantastorie, que han educado y encantado a generaciones de sicilianos con sus “cunti” y representaciones.
Orígenes e historia de los cantastorie en Sicilia
En Sicilia, los narradores de cuentos tienen orígenes muy antiguos, que se remontan a los aedi de la antigua Grecia. Estos poetas errantes narraban las hazañas de dioses y héroes para entretener y transmitir historias. Durante la Edad Media, el papel de los aedi fue heredado por los bufones, que representaban sus espectáculos en plazas, mercados y durante las fiestas religiosas.
A lo largo de los siglos, los cantantes de baladas sicilianos se distinguieron por su habilidad para narrar episodios épicos, acontecimientos históricos e historias de la vida cotidiana en dialecto. En el siglo XVII, su repertorio se amplió para incluir relatos de los paladines de Francia, episodios de la Biblia e historias de santos, a menudo promovidas por la Iglesia para difundir enseñanzas morales entre el pueblo. Su arte no se limitaba a contar historias, sino que se acompañaba de canciones e instrumentos musicales, como la guitarra o la pandereta.
Carteles: el arte visual al servicio de la narración
Un elemento distintivo de los espectáculos de los narradores sicilianos son los carteles pintados, que representan el eje visual de la narración. Estos paneles de vivos colores eran pintados a mano por artistas locales y representaban las principales escenas del cuento en secuencia.
Los paneles servían no sólo de ayuda visual, sino también para atraer al público, llamar su atención y hacer las historias más comprensibles incluso para quienes no conocían el dialecto siciliano. Cada detalle de las pinturas tenía un significado preciso, y los narradores utilizaban una varita para indicar los momentos destacados durante la narración.
Hoy en día, muchos de estos signos se conservan en museos o colecciones privadas, como testimonio de la creatividad y el arte de esta tradición.
Los “cunti”: el arte oral de los cuentacuentos
El corazón de la tradición de los cuentacuentos reside en los “cunti”, relatos orales que mezclan historias épicas, crónicas y leyendas populares. Cada “cunto” se caracteriza por una estructura narrativa bien definida, con un principio, un desarrollo y un final que a menudo incluye una moraleja.
Las historias narradas abarcan desde grandes temas universales, como el amor, el valor y la justicia, hasta episodios de la vida cotidiana o acontecimientos locales. A menudo, los narradores se inspiraban en acontecimientos noticiosos recientes, convirtiéndolos en relatos convincentes para su público.
El lenguaje de los “cunti” era sencillo pero poético, enriquecido con rimas y ritmos que facilitaban la memorización. Este estilo narrativo, combinado con la mímica y los gestos del cuentacuentos, hacía que sus actuaciones fueran únicas y atractivas.
La figura del cuentacuentos en la actualidad
A pesar del declive de esta tradición debido a la aparición de nuevas formas de entretenimiento, todavía hay cuentacuentos que se dedican con pasión a preservar este arte. Entre ellos está Sara Cappello, una de las pocas narradoras sicilianas. Artista e investigadora, Sara se ha dedicado a redescubrir los “cunti” tradicionales, llevándolos al escenario con la misma autenticidad que antaño.
Otro nombre importante es Luigi Di Pino, que combina música y narración para mantener viva esta tradición. Gracias a estos artistas, el arte de los cantastorie (cuentacuentos) sigue teniendo cabida en festivales, teatros y eventos culturales, despertando el interés de las nuevas generaciones.
El papel cultural de los cantastorie en Sicilia
Los narradores sicilianos desempeñaron un papel fundamental en la sociedad de la isla, actuando como cronistas populares y portavoces de la comunidad. Al contar historias que combinaban temas locales y universales, conseguían entretener, educar y unir a personas de todas las edades y clases sociales.
Su capacidad para adaptarse a los cambios de la sociedad fue crucial para la supervivencia de esta tradición. Por ejemplo, durante el siglo XIX, los cuentacuentos empezaron a incluir temas políticos y sociales en sus relatos, convirtiéndose en un medio de protesta y denuncia.
Hoy en día, los cantastorie (cuentacuentos) siguen representando un símbolo de la cultura siciliana, testigos de una tradición que se renueva sin perder su autenticidad.
La conservación del arte de los cantastorie
En los últimos años se han emprendido diversas iniciativas para preservar y mejorar el arte de contar cuentos. Festivales como el “Festival Internazionale dei Cantastorie” y talleres de cuentacuentos pretenden mantener viva esta tradición, implicando también a los jóvenes.
Además, la digitalización de grabaciones antiguas y la creación de archivos multimedia contribuyen a que esta forma de arte no caiga en el olvido.
La valorización de los carteles, expuestos en museos y exposiciones, permite apreciar el lado visual y artístico de esta tradición. Es fundamental que el público y las instituciones sigan apoyando estas iniciativas, para transmitir a las generaciones futuras un patrimonio cultural tan rico y significativo.
Conclusión
El arte de contar cuentos en Sicilia es un legado precioso, que narra la historia y la identidad de la isla a través de los “cunti” y los carteles. Esta tradición, llevada con pasión por artistas como Sara Cappello, sigue viva, adaptándose a los tiempos sin perder su encanto y autenticidad.
Promover y preservar el arte de los cuentacuentos es esencial para mantener vivo el vínculo con las raíces culturales de la isla, ofreciendo a las nuevas generaciones la oportunidad de descubrir y amar esta forma única de contar historias.